TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD TDAH

Usualmente aparece en la infancia antes de los 12 años y puede permanecer hasta la edad adulta; se caracteriza por períodos breves de atención y concentración en una tarea y dificultad para concluirla, excesiva distracción, baja resistencia a la interferencia de múltiples estímulos ambientales, comisión recurrente de errores, bajo seguimiento de instrucciones y olvido de las mismas, pérdida de elementos personales, desorden en sus objetos, hiperactividad motora (movimientos repetitivos y desorganizados), abandono de su lugar de estudio en el aula o el trabajo, habla excesiva con interrupción de los turnos de los demás y comportamiento impulsivo sin previsión de riesgos. Para su reconocimiento como trastorno, deben presentarse mínimo seis de estas manifestaciones durante más de seis meses en más, de un lugar o contexto (familiar, escolar, laboral, social).

Aunque existen múltiples determinantes (genéticos, bioquímicos, fisiológicos, metabólicos, ambientales), típicamente está asociado a una baja respuesta sensoriomotora en el cordón central del cerebro y pautas de crianza asistemáticas con desorganización en el sistema de estímulos y recompensas contingentes a las conductas prosociales; por este motivo el TDAH, puede manifestarse de forma independiente o en concurrencia con el Trastorno Negativista Desafiante.

Trastorno Negativista Desafiante (TND): conocido también como oposicionismo desafiante; consiste en un comportamiento desobediente, hostil y retante a la autoridad ya sea en el ambiente escolar familiar o social. Su conducta es mortificante para los niveles de tolerancia de sus pares y de los adultos, con bajo nivel de control instruccional. La desobediencia sistemática y provocación de disgustos con las figuras de autoridad, hace que sea objeto de castigos sistemáticos sin aparente efectividad. Su evolución puede conducir a conductas de alto riesgo, predelincuencia, alcoholismo, drogadicción y sexualidad precoz.